Santiago Cruz

Mi superhéroe mide ahora
cincuenta y un centímetros,
no tiene capa ni antifaz,
se sabe bien su identidad.
Mi superhéroe se llama Salvador.

Tiene un número infinito
de súper poderes,
desde el momento en que lo vi
me hizo sentir que era inmortal.
Pone a todo el mundo a sonreír.

Pinta de ilusión
las paredes del lugar en donde esté,
puro resplandor y ni se entera
que es apenas un bebé.
Vuela y me levanta y en las noches
tiene un ritmo que nadie el aguanta.

Mi superhéroe,
en mis brazos y es a mí a quién hace fuerte.
Mi superhéroe,
tal parece que el amor todo lo puede.

Tan pequeño, tan perfecto, tan conmovedor,
los superhéroes son así,
el mismo es sobrenatural,
y ahora mismo se alimenta de mamá.

Mi superhéroe irá creciendo y se hará mayor,
trataré de hacerle bien,
sólo el tiempo lo dirá,
mi superhéroe a mí ya me ha hecho mejor.

Desde que llegó
todo el mundo en esta casa está en revolución,
tal es su poder y ni se entera
que es apenas un bebé.
Vuela y me levanta y en las noches
tiene un ritmo que nadie el aguanta.

Mi superhéroe,
en mis brazos y es a mí a quién hace fuerte.
Mi superhéroe,
tal parece que el amor todo lo puede.

Soy su padre y él es quien me salva,
dice todo cuando aún ni habla,
pareciera ser de otra galaxia.

Mi superhéroe,
en mis brazos y es a mí a quién hace fuerte.
Mi superhéroe,
tal parece que el amor todo lo puede.

Mi superhéroe.