Nahuel

Después de que me besas te confieso
que dejo mi aguijón en cada rima.
Mi efímero bombín guarda secretos
de celos, de terapias intensivas.

Cuento los besos que me dejas que te quite,
me los guardo, los disfruto y te prometo
que si en mi existe algún desquite
no me guardo ni una gota de respeto.

Saben más amargos y más fríos,
como sombra de pañuelo en los andenes.
Los besos que te robo de la boca,
que hace un rato me sabían de alquileres.

Esos besos de amor, y de miel y sudor.
Esos besos de celos con pasión y deshielo.
Esos besos que imploran no pasarse de moda.
Esos besos que ríen por la falta de besos.

Dejan en la boca miel y seda.
Si se apagan las brasas de esta hoguera,
se olvidan la humedad y requisarte
el perímetro mortal de tus caderas.

Saben más amargos y más fríos,
como sombra de pañuelo en los andenes.
Los besos que te robo de la boca,
que hace un rato me sabían de alquileres.

Esos besos de amor, y de miel y sudor.
Esos besos de celos con pasión y deshielo.
Esos besos que imploran no pasarse de moda.
Esos besos que ríen por la falta de besos.

Esos besos.
Esos besos.
Esos besos.