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Una voz me dice que analice y no aterrice
en esa superficie pa’ que no me asfixie.
Una especie rara que, no es que sea mala,
pero esconde el corazón cuando te enseña la cara.

Me quedé pensando, analizando,
la curiosidad me estaba matando.
Yo he visto cosas raras pero nunca vi esta:
un mundo con los habitantes hipnotiza’os.

Y es que no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.
Y es que ellos no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.

Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla te tropiezas.
Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla va’ a caer.

Hago un recorrido y me fijo que
seres vivos en la mano tiene un dispositivo.
Hay oxígeno porque respiro,
pero comunicarme, todavía no consigo.

Yo le’ hablaba, caso no me hacían,
yo pensaba que se comunicaban por telepatía.
No entendía qué sucedía y es que,
sin Internet, la gente se moría.

Y es que no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.
Y es que ellos no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.

Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla te tropiezas.
Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla va’ a caer.

Entonces me fui buscando el Internet
hasta que le encontré y de frente me le paré.
A los ojos le miré y le pregunté:
“hábleme claro, ¿Qué quiere usted?”.

Y me dijo:
Yo lo quiero es que to’el tiempo el humano
me tenga como una linterna en una caverna,
conmigo te levantes, conmigo te duermas,
yo soy el gobernante de esta vida moderna.

Y es que no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.
Y es que ellos no pueden vivir sin mí,
no saben vivir sin mí, les duele vivir sin mí.

Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla te tropiezas.
Que si no subes la cabeza,
mirando la pantalla va’ a caer.

No pueden vivir sin mí,
les duele vivir sin mí,
no pueden vivir sin mí.

No pueden vivir sin mí,
les duele vivir sin mí,
no pueden vivir sin mí.