Ojas
Punk electrónico, machaque, glich hop, rock, pop, hardcore mystic. Todas estas denominaciones podrían ser correctas -y a la vez, erróneas- para descifrar la escencia musical de Ojas. Pero, sin dudas, el concepto musical de la banda se trasluce más claramente bajo las luces del vivo. Allí, cada uno se lleva su propia fotografía del baile tribal con pulsión de rock que el grupo monta en cada show. Así, las canciones que nacen de un corazón acústico cambian de forma y se expanden hacia paredes de sonido sustentadas en máquinas y guitarras estridentes, alimentándose de una sagrada fuente de abundancia en vías de extinción: la armonía pop. En una atmósfera distorsionada, instrumentos como didgeridoo, xilofón, gaita y violín le aportan a su música un plus extra que los puedo encontrar surfeando el post punk de los ’90 y la violencia electrónica de hoy.
Naranja, su primer álbum editado en 2007, es el resultado de un trabajo de más de seis años, curtido en sótanos, festivales, giras y cuartos de hotel. Un perfecto equilibrio entre la canción desnuda y el instinto primitivo y animal de los shows en vivo.
En 2009, Ojas lanzó su segundo material, titulado "Efecto".