Piti Fernández

Flores que crecen en las praderas,
en los arroyos junto a las piedras,
allá en los valles, bellas y eternas,
entre los yuyos, cardos y hiedras.

Flores sin marcos que den belleza,
flores humildes, flores del pobre,
sin más cuidados que el sol y el agua,
y el viento frío que las recorre.

Flores de nadie, que nadie cuida,
que al pasar, pisan, matándolas,
que nadie lleva en sus ojales,
viejas tumbas adornarán.

Cuando en tu lecho faltan mis flores,
mi pensamiento las pone allí,
y si un momento cierro los ojos,
entre la niebla te veo a ti.

Es que tenemos la misma sombra,
es que mi vida y mi corazón
sienten nostalgia de tu cariño,
que flores blancas te ofrezco yo.

En flores puras, puras y blancas,
como fue en vida tu corazón.
Desde tumbas que otros olvidan,
flores blancas te adornarán.

Flores de nadie, que nadie cuida,
que al pasar, pisan, matándolas,
que nadie lleva en sus ojales,
llores blancas te adornarán.

“Allí, desde la mano de nadie, deja una flor,
vayan mis flores silvestres, flores blancas”.