SIROPE
2015
5 TÚ LA NECESITAS
¿No lo ves?
Ya no espera que, que la lleves al edén.
Ya sabes que no espera que,
que la beses y se haga de noche.
Y pruebas de carbono, y amor de microscopio,
tienes poder para convertirla en invisible para ti,
la tienes secuestrada en tu ignorancia que detona.
Tú, ciego en, en ir airándote,
te miente el carpintero,
en la viruta viene aquel acorde.
La flor quiere un florero que rompe contra el suelo,
ya los romances y percances se acabaron para ti,
que tú la necesitas, pero yo la quiero.
Soy el gurú, delux, tahúr, alud de luz,
soy el obús del sur, su rucucú, soy su gluglú.
Tú, que tú la necesitas aunque tu no quieras,
como la moneda que da el monedero,
como a mis ruedas le hacen falta carreteras,
que tú la necesitas como a la nevera.
Que tú, que tú,
que tú la necesitas como los geranios sueñas con macetas,
que tú la necesitas para que te atienda,
que tú la necesitas pero le das pena.
Te juro que yo no quiero ser
la piedra de tus pies,
yo simplemente espero, por fin, la dejes correr.
Que a mí no me conoces, de ti no quiera nada,
ella ha pasado ya hace mucho de aquel tipo que yo fui,
él la necesitaba, pero yo la pierdo.
Soy el gurú, delux, tahúr, alud de luz,
soy el obús del sur, su rucucú, soy su gluglú.
Tú, que tú la necesitas aunque tu no quieras,
como la moneda que da el monedero,
como a mis ruedas le hacen falta carreteras,
que tú la necesitas como a la nevera.
Que tú, que tú, que tú la necesitas,
no supiste hacerlo, ¿Para qué te quiero?
Que tú la necesitas pero yo la pierdo,
que tú la necesitas pero ella se hiela.
Que tú, que tú, que tú la necesitas,
y aunque no quisieras te metiste en medio,
que tú la necesitas pero coge puertas,
que tú la necesitas, pero ya estás muerto.
Que tú, que tú, que tú la necesitas,
no supiste hacerlo, ¿Para qué te quiero?
Que tú la necesitas pero yo la pierdo,
que tú la necesitas pero yo la quiero.
Huye, aunque yo sea el que más pierde, niña, huye,
deja tu tristeza en mi torpeza, niña,
y huye, aunque yo sea el que más pierde, niña, huye,
deja tu tristeza en mi torpeza, niña, huye.
Y tú la necesitas pero no te enteras.