Jairo

Era un niño llevando de la mano
a un señor que debía ser su padre
las mejillas del niño eran rosadas
casi rojas por el frío de la tarde

Era un niño llevando de la mano
a un señor que debía ser su padre
en los ojos del niño por el viento
asomaban dos lágrimas muy grandes

Yo los vi a los dos y fue en invierno
y seguí aquel andar con la mirada
y vi al padre feliz por esa dicha
de fingir que era el niño el que jugaba

Yo los vi a los dos y fue en invierno
y seguí al niño aquel con la mirada
saltando audaz por sobre los canteros
tomando al abordaje aquella plaza

Correteando su libre desenfado
su qué me importa su reír su llanto
haciendo un guiño picaresco al mundo
y también al guardián del verde barco

Yo los vi a los dos y fue en invierno
y seguí aquel andar con la mirada
y vi al padre feliz por esa dicha
de fingir que era el niño el que jugaba.