La Ponderosa

Llegué con la mirada cansada
un jueves santo de noche.
Después de decirnos nada
fuimos entrando a mi coche.
Horas y horas pasaron
después del primer reproche,
“hace diez años soñaba
que fueras vos esta noche”.

Distorsionando el paisaje,
mirándolo de costado,
voy anhelando los besos
que todavía no has dado.

Subió el pulgar a la cama,
me dijo “soy una dama
que se le anima a esos tipos
que cuenten cuentos de hadas”.
Cuando le dije tengo un amigo,
que en guerra es buen enemigo
me guiñó el ojo y nos fuimos
los tres con un buen motivo.

Distorsionando la cama,
la ropa a un costado.
Iban llegando los besos,
las risas y los pecados.

Un whisky a medio tomar
y en la oscuridad de la noche
no hay tiempo para pensar
que esta bien o mal.

De pronto se hizo mañana,
resaca, fiebre y dolores.
Después de una noche larga
la vida te compra flores.
Y no acordamos en vernos,
sin mas ni una oración.
De a tres no existe lo eterno,
mas que esta triste canción.

Distorsionando al olvido,
las ligas a un costado.
Fue un juego ambiguo vivido
que se ganó en un pasado.