Nil Obstat

Aprendimos a quererte desde la histórica altura,
donde el sol de tu bravura le puso cerco a la muerte.
Tu mano gloriosa y fuerte, desde la historia dispara,
cuando todo Santa Clara, se despierta para verte.

Y aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.

Bienes quemando la brisa con soles de primavera,
para plantar la bandera con la luz de tu sonrisa.
Tu amor revolucionario te conduce a nueva empresa,
donde espera la firmeza de tu brazo libertario.

Y aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.

Seguiremos adelante, como junto a ti seguimos,
y con Fidel te decimos “hasta siempre Comandante”.

Y aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.
Comandante Che Guevara.
Comandante Che Guevara.

Ahora, esta masa honda,
esta América de dolor,
sombría, taciturna,
que canta en todo el continente
con la misma tristeza y desengaño,
ahora esta masa es la que empieza a entrar
definitivamente en nuestra historia,
empieza a escribir con su sangre,
la empieza a sufrir y a morir.