Artista

Nacha Guevara

EN VIVO CON BENEDETTI Y FAVERO

1979

19 A LA IZQUIERDA DEL ROBLE

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo siempre y cuando se cumpla un requisito
previo, que la ciudad exista tranquilamente lejos.

El secreto es apoyarse digamos en un tronco y oír a través del aire que admite ruidos muertos cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el Jardín Botánico siempre ha tenido una agradable propensión a los sueños a que los insectos suban por las piernas y la melancolía baje por los brazos hasta que uno cierra los puños y la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba y ver cómo las nubes se disputan las copas y ver cómo los
nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes ah... pero las parejas que huyen al Botánico ya desciendan de un taxi o bajen de una nube hablan por lo común de temas importantes y se miran fanáticamente a los ojos como si el amor fuera un brevísimo túnel y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble hablan y por lo visto las palabras se quedan conmovidas a mirarlos ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero puede ocurrir que de pronto uno advierta que en realidad se trata de algo desolado uno de esos amores de tántalo y azar que Dios no admite porque tiene celos.

Fíjense que él acusa con ternura y ella se apoya contra la corteza.

Fíjense que él va tildando recuerdos y ella se consterna misteriosamente.

Para mí que ella está diciendo lo que se dice a veces en el Jardín Botánico.

Vos lo dijiste
nuestro amor fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía que iba a vivir
que iba a vencernos

Pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro sin su cielo
un niño muerto sólo eso

Maravilloso y condenado

Tal vez tuviera una sonrisa
como la tuya dulce y honda
tal vez tuviera un alma triste
como mi alma poca cosa

Tal vez aprendiera con el tiempo
a desplegarse a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor muertos de miedo

Tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo

Vos lo dijiste nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena

Yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto

Ahora qué queda sólo queda
medir la fe que recordemos
lo que pudimos haber sido para él
que no pudo ser nuestro

Qué más
acaso cuando llegue un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés llévale flores
que yo también iré contigo.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo despierta con la lluvia.

Ahora la última nube ha resuelto quedarse y nos está mojando como alegres mendigos.

El secreto está en correr con precauciones a fin de no matar ningún escarabajo y no pisar los hongos que aprovechan para nacer desesperadamente.

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen aquellos dos a la izquierda del roble eternos y escondidos en la lluvia diciéndose quién sabe qué silencios.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes,,,

Pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico aquí se quedan sólo los fantasmas.

Ustedes pueden irse yo me quedo.